Pasos Para Conocer A Dios En Silencio Y Soledad


“Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.” Salmos 46:10 Las disciplinas espirituales de silencio y soledad pueden ser tranquilas, pero también están llenas de aventuras, porque el mismo Dios quiere encontrarte allí. A donde quiera que te alejes del ruido y la vida ocupada para encontrar a Dios a través del silencio y la soledad, él cambiará tu alma en formas que van más allá de las palabras. Encuentra cómo puedes usar el silencio y la soledad en tu proceso de acercamiento a Dios.



1.    Busca momentos con Dios
Presta atención a eso que se ha quedado en tu alma. Nota los sentimientos de desesperación y deseo que experimentas en varias oportunidades. En vez de tratar de suprimir o alejarte de esos sentimientos, deja que te motiven a buscar tiempo con Dios en silencio y soledad.

2.    Busca momentos de soledad
Incorpora el silencio y la soledad en tu vida regularmente. Elige un momento y lugar para alejarte de la vida diaria y pasa por lo menos 10 minutos en silencio y soledad tan seguido como puedas. Pide a Dios que te ayude a expresar tus necesidades de él a través de una oración sencilla y escoge una posición física que te permita estar alerta y aun así puedas honrarlo.


No estés disuadido
Supera la resistencia. No dejes que nada te distraiga de poder dedicar y pasar momentos regulares buscando a Dios en silencio y soledad. Confía todas tus preocupaciones a Dios en oración de manera que puedas tener la libertad de estar completamente presente con él durante la soledad y el silencio. Si el pasar tiempo en soledad y silencio te pone ansioso o temeroso, admítelo a Dios y pídele que te consuele

Libérate de las cargas

Busca el descanso de tu cuerpo, mente y alma. Ora por la sabiduría que necesitas para reconocer que has llegado a un punto peligroso de cansancio – exhausto por las exigencias de la vida, hasta el punto en donde no puedes escuchar la voz de Dios hablándote. Acepta la invitación de Dios a descansar en su presencia durante la soledad y el silencio. En vez de presentarte cansado a tus reuniones especiales con Dios, dale a tu cuerpo el descanso que necesita durmiendo lo suficiente, haciendo ejercicios, alimentándote de forma adecuada y tomando agua regularmente. Mientras pasas tiempo en soledad y silencio, respira profundo y deja que la paz de la presencia de Dios invada tu cuerpo. Deja atrás esas preocupaciones en las que tu mente trata de enfocarse durante la soledad y el silencio abriéndote a la revelación que viene a tu mente – del mismo Dios, quien puede hablarte de cosas que tu mente no puede entender, pero tu espíritu puede escuchar. Pide a Dios que tranquilice tu mente para escucharlo con tu espíritu, confiando en que él va a responder a tu oración hablándote. Si la pena pesa en tu alma, confiésalo a Dios. Cuando tu alma se sienta agradecida por el amor de Dios expresa tu agradecimiento a Dios.

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