La falta de sueño podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 de un niño, según un estudio
Encontró un vínculo (pero no una prueba) entre dormir menos
y los factores de riesgo de la enfermedad del azúcar en la sangre
Los niños que duermen muy poco podrían ser más propensos a
presentar factores de riesgo de la diabetes tipo 2, sugiere una nueva
investigación.
El estudio de más de 4,500 niños británicos encontró un
vínculo entre sus hábitos de sueño y ciertos "marcadores de riesgo"
de la diabetes. Los niños que dormían menos horas cada noche tendían a pesar un
poco más y a mostrar más resistencia a la insulina.
La insulina es una hormona que regula los niveles del azúcar
en la sangre. Cuando el cuerpo comienza a hacerse resistente a la insulina,
esto puede ser un precursor de la diabetes tipo 2.
De forma que los hallazgos plantean la posibilidad de que
los hábitos de sueño en la niñez puedan afectar a las probabilidades de
diabetes (u otras afecciones de la salud) más adelante en la vida, señaló el
investigador, Christopher Owen.
"Creemos que es plausible que esas pequeñas diferencias
[en los marcadores de riesgo de la diabetes] a principios de la vida pudieran
persistir", dijo Owen, profesor de epidemiología en la Universidad de St.
George, en Londres.
Anotó que estudios anteriores han encontrado que el riesgo
de diabetes en la adultez puede originarse a una edad más temprana.
Pero los nuevos hallazgos no prueban que una falta de sueño
haga que el riesgo de diabetes de los niños aumente, apuntó la Dra. Nicole
Glaser.
Glaser, pediatra y profesora en la Universidad de
California, en Davis, fue coautora de un editorial publicado en línea junto al
estudio en la edición del 15 de agosto de la revista Pediatrics.
En el editorial, apunta que podría haber otras explicaciones
para el vínculo entre el sueño de los niños y los marcadores de riesgo de la
diabetes. Por ejemplo, podría reflejar diferencias en las funciones cerebrales
que regulan el sueño, el apetito y la sensibilidad a la insulina.
"Todavía no está claro si la asociación entre el sueño
y la obesidad y el riesgo de diabetes tipo 2 es causal", dijo Glaser.
Pero "en realidad asegurarse de que sus hijos duerman
lo suficiente no tiene 'desventajas'", añadió.
"Hay estudios que sugieren que un sueño adecuado es
necesario para una memoria y un aprendizaje óptimos, y que dormir de forma
adecuada tiene efectos beneficiosos para el estado de ánimo", dijo Glaser.
La Dra. Mercedes Bello dirige el centro de trastornos del
sueño del Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami.
Dijo que es plausible que un sueño inadecuado pueda afectar
de forma directa al peso y a la resistencia a la insulina de los niños, dado
que el sueño influye en la liberación de varias hormonas.
Bello concurrió en que estos hallazgos más recientes no
prueban que irse a la cama más tarde aumente el riesgo de diabetes de los
niños. Dijo que el estudio es un "buen inicio" para intentar dar
respuesta a esa pregunta.
Por ahora, Bello ofreció consejos a los padres para ayudar a
los niños en edad escolar a dormir lo suficiente: Apague la televisión y los
dispositivos electrónicos una hora antes de irse a la cama, dado que la luz
azul puede afectar al sueño. Limitar los líquidos cuando se acerque la hora de
dormir, y la cafeína en general, también puede resultar útil, señaló.
Según la National Sleep Foundation, los niños de 6 a 13 años
deben dormir de 9 a 11 horas por noche.
Los nuevos hallazgos se basan en 4,525 niños de Reino Unido,
de 9 y 10 años, a quienes se preguntó sobre el horario usual para irse a la
cama y levantarse en los días de escuela. Los investigadores midieron el peso,
la estatura y la grasa corporal de cada niño, y tomaron muestras para evaluar
sus niveles de insulina y de azúcar en la sangre.
En promedio, encontró el estudio, los niños dormían 10.5
horas cada noche, lo que se ubica bien dentro de la cantidad recomendada.
Pero hubo un amplio rango en los hábitos de sueño. Algunos
niños solo dormían ocho horas por noche, mientras que otros normalmente dormían
12.
En general, encontró el estudio, los que dormían más tendían
a ser un poco más delgados y a tener menos resistencia a la insulina.
Por ejemplo, una hora adicional de sueño se correlacionó con
una reducción del 3 por ciento en la resistencia a la insulina y un índice de
masa corporal 0.2 puntos más bajo. (El IMC es una medida del peso en relación
con la estatura).
Son diferencias pequeñas, dijo Glaser. Pero añadió que las
cifras son promedios en un grupo. Es posible que en algunos niños la asociación
entre el sueño y los factores de riesgo de la diabetes sea "más
pronunciada".
El equipo de Owen sí exploró otras explicaciones potenciales
de los hallazgos. Por ejemplo, ¿los niños más físicamente activos tendían a
dormir más?
Pero el ejercicio no explicó los resultados, dijeron los
investigadores. Tampoco lo hizo la situación socioeconómica de la familia, lo
que podría afectar a los hábitos de estilo de vida y la salud de los niños.
Según Owen, los hallazgos sugieren que dormir más podría ser
un "método simple y rentable para reducir la grasa corporal y el riesgo de
diabetes tipo 2 desde temprano en la vida".
Pero la única forma de en realidad evaluarlo, planteó
Glaser, es mediante estudios de "intervención", en que los
investigadores logren de alguna forma que los niños duerman más.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES:
Christopher Owen, Ph.D., professor, epidemiology, Population Health Research
Institute, St. George's, University of London; Nicole Glaser, M.D., professor,
pediatrics, University of California, Davis; Mercedes Bello, M.D., pediatric
neurologist and director, Pediatric Center for Sleep Disorders, Nicklaus
Children's Hospital, Miami; Aug. 15, 2017, Pediatrics, online
HealthDay
Comentarios
Publicar un comentario